El periodismo, herramienta que puede favorecer o perjudicar a la sociedad
Foto tomada de: leonoticias.com
Desde sus inicios, el periodismo es un pilar importante en la sociedad. Por medio de él, la población se mantiene informada de su propia realidad y también brinda información que ha permanecido oculta por los grandes grupos de poder. A su vez, esta se ve sujeta a grandes cambios conforme a la época en la que se encuentre; la labor periodística evoluciona a la vez que la sociedad y su entorno también lo hace.
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Al periodista lo conforman grandes cualidades y habilidades, desde la ética y la solidaridad, hasta la observación, paciencia y el saber escuchar. De igual manera, el periodismo requiere de gran vocación; esta cualidad es la que hace al periodista. En esta profesión, no se pretende ser famoso, ni generar grandes cantidades de dinero, ni tener una vida fácil, se pretende ser el vocero de la gran mayoría.
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El ejercicio periodístico son días llenos de trabajo ayudando a todos aquellos sectores olvidados, investigando todo lo oculto, arriesgando la vida y en muchas ocasiones, teniendo lo justo para sobrevivir. De esa manera, más que de habilidades, el periodista requiere de cualidades para ejercer ese rol social.
Para el ejercicio periodístico, se requiere de mucha información, pero no solamente de lo que se quiere presentar, sino de manera general. Desde los antecedentes y la historia de muchos acontecimientos, cultura general, economía, política, entre otros. El amplio conocimiento es parte de esta profesión.
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A su vez, el periodismo está conformado por historias llenas de detalles. Sin historia detallada no podría haber noticia, reportaje o, en sí, periodismo. Sin embargo, para que esos detalles formen parte de la historia, se requiere de prestar atención a todo; a las personas, a la situación, al ambiente, a los sonidos y a todo lo que forme parte de la situación.
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Por otro lado, para que existan historias, debe haber personas que la cuenten o que la traten de reflejar y, para ello, el periodista realiza una de sus funciones importantes, que es escuchar. Pero no solamente oír a las personas, sino que también interesarse en ellas, mostrarles esa atención, esa empatía y esas ganas de ayudar que ciertos sectores tanto lo necesitan.
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El periodismo es una de las profesiones más complejas y más completas. No es solamente un trabajo, es toda una vida que requiere de tiempo del que no siempre se dispone, de motivación aun en situaciones en las cuales no la hay, de interés y servicio a los demás más que a uno mismo y, al final, no todos están dispuestos a ejercer ese rol del cual depende que una sociedad sea escuchada y sea más justa.
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En Honduras, el ejercicio periodístico no cumple ningún objetivo por el cual se originó; no sobre el uso como propaganda política que se le dio en la Antigua Roma, sino desde la invención del periódico en Europa, donde los primeros periódicos tuvieron el fin de informar a la sociedad.
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No existe un buen periodismo en el país. Para empezar, no hay muchos periodistas como tal, solamente corresponsales o redactores. Ello se refleja en que muchos no son ni graduados de esa profesión y los que sí, no buscan ejercer el rol periodístico que destaca por ir en búsqueda de los intereses generales.
Por otro lado, la gran parte de los que se convirtieron en reporteros en los medios más importantes, lo lograron únicamente porque de alguna manera, se hicieron conocidos por algo viral que realizaron. Debido a ello, esta profesión se volvió en entretenimiento y dejó de ser periodismo en sí.
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El rol periodístico hondureño presenta más defectos que virtudes. Y no solamente el periodismo, sino los mismos periodistas que, sin importar si laboran o no en algún medio, aun así, forman parte del mal periodismo.
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En el país, gran parte de los periodistas son apáticos y egoístas con la sociedad, y no tienen esa vocación periodística que caracteriza a esta profesión. La apatía del periodista hondureño se refleja en todas esas situaciones donde el pueblo ocupa una voz, donde ocupa ayuda para enfrentar las injusticias de los demás poderes. Y el egoísmo es reflejado en esa misma apatía, donde los que ejercen el rol periodístico velan únicamente por sus intereses.
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Tanto los medios, como los periodistas hondureños, dejan de lado el rol humano y social para servirse únicamente a ellos y al grupo de las minorías, que es el que tiene el control del país. Tal es el caso de los 77 periodistas que aceptaron recibir dinero del Gobierno para dar información condicionada y en favor de este, sin importar de dónde procedían esos ingresos. Ese caso refleja casi en su totalidad, lo que son la mayoría de los medios de comunicación y la mayoría de los que ejercen esta profesión.
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Por otro lado, los medios hondureños hacen uso cotidiano de las estrategias de manipulación mediática formuladas por Noam Chomsky. Esto pasa debido a esa misma relación con el Estado y provoca que la información y que las noticias presentadas favorezcan sus intereses, limpiando la imagen pública o creando una buena imagen a pesar de sus actuaciones.
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En Honduras, esas estrategias se pueden ver todos los días. La más usual es la estrategia de la distracción. Cada vez que en el país hay una noticia de interés general y que salpica la corrupción o la mala administración estatal, los medios presentan los conocidos shows mediáticos. Esa es una de las razones por las cuales los medios contratan a personas que no tienen una preparación académica en el ámbito periodístico.
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Otra estrategia de manipulación usada por los medios hondureños, es la estrategia de gradualidad. Sobre ello, se encuentra el caso más reciente: los resultados de las elecciones internas llevadas a cabo el pasado 14 de marzo.
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Esa estrategia se puede identificar desde que presentaron los resultados a boca de urna y no los oficiales. Así mismo, con los días que el Consejo Nacional Electoral (CNE) hizo esperar a la población para presentar los resultados. Pero no solamente con ello, sino con la publicación de los boletines diarios sobre el conteo de votos que hacía el CNE. De esa manera, desde el primer día, los medios presentaban esa información de manera gradual y así la población la terminaba aceptando.
Los medios de comunicación forman parte de un cuarto poder. Mismo que es silencioso, que muchos desconocen y subestiman, pero que terminan influyendo en la opinión y en la visión de las personas. Actualmente, muchos medios y muchos periodistas se olvidan del objetivo del periodismo, que es servir a la sociedad y ser su vocero.