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Corrupción, estafa y nepotismo en la crisis sanitaria

19/04/21
Por: Leonel Castro

Tegucigalpa, Honduras. En pijama se encontraba Manuel Zelaya Rosales aquella noche del 29 de junio del 2009 en la que un grupo de soldados hondureños irrumpieron su hogar para sacarlo a la fuerza del país, realizando así un golpe de Estado que generó conflictos sociales y políticos en la nación. 


Desde entonces, manifestaciones, presos políticos, represiones, sangre, muerte, censura y violaciones legislativas empezaron a normalizarse en Honduras de mano de un poder unilateral que se ha mantenido y ha cobrado más fuerzas en el país: el Partido Nacional.


Después del golpe de Estado, con discursos de mejorar los conflictos de Honduras, los candidatos del Partido Nacional alzaron la victoria en las elecciones generales que se llevaron a cabo en noviembre del 2009. Meses después, Porfirio Lobo Sosa inició su mandato de cuatro años como presidente de la nación el 27 de enero del 2010 y, a él le acompañó María Antonieta de Bográn, vicepresidenta del país hasta el 2014.


La familia es el pilar de las personas y el nepotismo es muy cotidiano en el país, eso lo demostró María Antonieta de Bográn en su primer día de mandato, tras otorgarle el puesto de director de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) a Marco Bográn, su ahijado y sobrino, quien anteriormente estuvo a cargo de la Cuenta Desafío del Milenio. 


Pero no solamente Marco y María formaron parte de los Bográn con algún puesto importante en el sector público, a ellos se sumaban Arturo Corrales, tío de Marco, que fue ministro de la Secretaría Técnica de Planificación y Cooperación Externa, luego Canciller de la República y, posteriormente ministro de Seguridad durante el mandato de Porfirio Lobo Sosa; y, Arturo Bográn, esposo de María, que fue vicepresidente del Partido Nacional. 


Con vínculos importantes en la política del país, los Bográn han permanecido silenciosamente en grandes puestos de poder por mucho tiempo. Marco Bográn, el que más constancia tuvo tras alrededor de diez años en su cargo de director de Invest-H, fue más conocido después de casi una década al mando de la institución… pero no precisamente por buenas obras.


Invest-H es una unidad de gestión de programas y proyectos para el desarrollo del país que, desde el 2014 ha observado el fideicomiso para transparentar las compras hechas por la Secretaría de Salud que tiene con Banco de Occidente. De esa manera, cualquier procedimiento que realice ese sector también pasa por la organización.     


El Coronavirus


Cerrando un año que fue relativamente normal en todos los países, con sus altibajos en cada nación, pero con ningún acontecimiento que afectara gravemente a nivel mundial, todo iba a cambiar en el último día del 2019. En el 31 de diciembre, la Comisión de Salud Municipal de la ciudad de Wuhan, China, notificó 27 casos de un tipo de neumonía desconocida y peligrosa, misma que incrementó rápidamente en esa región.


A esa neumonía se le denominó “Covid-19” y fue reportada por primera vez el 7 de enero del 2020, registrando su primer deceso cuatro días después. Debido al rápido incremento del virus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró una emergencia de salud pública internacional el 30 del mismo mes.


Ni los países más desarrollados estaban preparados ante tal sorpresiva emergencia; naciones como España e Italia sufrieron más de lo que se podía imaginar tras la llegada de este virus a sus tierras. De peor manera, Estados que colgaban de un hilo debido a los típicos problemas por una mala política nacional, entre ellos la corrupción, la Covid-19 expuso su realidad y la apatía de los mandatarios con su sociedad. 


En Honduras, los mandatarios reflejaron con la ayuda de los medios, sus intenciones con la llegada del coronavirus al país. El 4 de marzo, una mujer de 53 años que venía de Italia con síntomas del virus, fue recriminada fuertemente hasta por los mismos canales de comunicación, generando miedo en la sociedad. Sin embargo, la paciente no portaba la Covid-19.


A pesar de esa pequeña advertencia y del espectáculo y amenazas que tuvo que tolerar la mujer, las autoridades hondureñas aun no tomaban acciones preventivas como cerrar los aeropuertos o las fronteras. Con la falta de accionar del sector público, el 11 de marzo del 2020 se registraron los dos primeros casos y, con ello, se sumaba otra mala situación a la que se tenían que afrontar los hondureños sin la ayuda de ese sector que tiene la obligación de hacerlo.

Tomado de: La Prensa

Invest-H durante la pandemia


Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, por medio del Decreto Ejecutivo PCM-005-2020, declaró emergencia nacional el 10 de febrero del 2020 y le autorizó a Invest-H las compras directas evadiendo los procesos de licitación de la Ley de Contratación del Estado, permitiéndole así total libertad de manejar las contrataciones y los pagos en el marco de la emergencia sanitaria. 


El 16 de marzo, Alba Flores, secretaria de Salud, le ordenó a Marco Bográn, quien todavía era director de Invest-H, comprar siete hospitales móviles para combatir el coronavirus. 


Aprovechando la crisis, la carencia en el sector salud y la disponibilidad de recursos con la que contaba, Marco Bográn ejecutó la compra de los dos primeros hospitales móviles el 18 de marzo por un valor de casi ocho millones de dólares cada uno, sobrevalorando el costo por el cual fue comprado.


Los dos hospitales móviles con capacidad de 91 camas tenían un valor real de cinco millones de dólares, representando un 31% de lo pagado por Invest-H. Estos fueron comprados por la empresa turca SDI Global LLC… o por lo menos eso fue lo que había anunciado Bográn. 


Días después se realizó la compra del tercer hospital móvil de 91 camas, que costó casi lo mismo que los anteriores, alrededor de ocho millones de dólares. Los últimos cuatro hospitales tenían la capacidad de 51 camas y cada uno costó casi seis millones de dólares.


De esa manera, Bográn, despilfarrando los recursos del cual disponía, gastó más de 47 millones de dólares en los hospitales móviles, cuando estos solamente costaban alrededor de 15 millones.  


Así mismo, por medio del puesto que tenía Bográn, también había logrado que su familia formara parte del negocio personal que estaba haciendo con los hospitales móviles. El 26 de marzo, Invest-H suscribió un contrato por más de un millón 200 mil lempiras con la empresa Consultores en Ingeniería S.A. de C.V., del cual su tío Napoleón Bográn es socio y presidente. 


Pero no solamente se compraron hospitales móviles sobrevalorados, sino también insumos por un precio elevado. El 8 de abril, Invest-H adquirió 474 mil mascarillas N-95 con un valor total de 50.8 millones de lempiras por medio del grupo GYT S.A. de C.V., del cual Juan José Lagos, esposo de la diputada Waleska Zelaya, es socio y presidente.


La estafa de Axel López 


En junio del 2020, la compañía turca SDI Global LLC emitió un comunicado donde daban a conocer que no habían llegado a un acuerdo con Honduras, por lo cual, ellos no habían sido los vendedores de los hospitales móviles.
Después de la denuncia de la empresa turca, y debido a las inconsistencias sobre la compra de los hospitales y al incumplimiento de lo dicho por Invest-H sobre la llegada de estos en junio, la población terminó de explotar una bomba que poco a poco se fue armando por el manejo de la crisis por parte de las autoridades.


Ante ello, la sociedad empezó a exigirle explicaciones al sector público de lo ocurrido con los hospitales móviles. Sin ya no poder seguir ocultando, Marco Bográn empezó a dar las respuestas: “El pago se hizo de buena fe”. Lo dicho fue tras salir a la luz que realizó la transferencia de más de 47 millones de dólares a ELMED Medical para comprar siete hospitales móviles, sin que la empresa le diera algún tipo de garantía.


Para la mala suerte o la buena planificación, esta empresa pertenecía al guatemalteco Axel López, quien ya había tenido acercamientos con los Bográn cuando María Bográn era la vicepresidenta del país. La compañía fue encontrada en internet y robó los datos de SDI Global LLC para cerrar el trato de los hospitales móviles.


El mismo día de la denuncia por parte de la empresa turca, Axel López se pronunció y mencionó que los hospitales móviles habían sido diseñados y fabricados bajo la observación de personal de Invest-H y que los primeros llegarían al país en julio.


Inicio del calvario para Bográn


Los hondureños estaban al límite con Marco Bográn por sus gestiones desde que empezó la crisis sanitaria en el país. Con más desfalcos y dudas, que resultados, la población ya no solamente exigía respuestas de Bográn, sino su renuncia de ese gran cargo que mostró que no merecía.


Después de asegurar que no iba a dejar su cargo, el 27 de junio renunció como director de Invest-H tras casi diez años en ese puesto que parecía tener su nombre permanentemente. 


La noticia de su renuncia fue alegría y enojo para los hondureños. Satisfacción porque ya no iba a seguir al mando de una organización a la cual el Estado le brinda muchos recursos, pero molestia porque se aclamaba justicia y respuestas de los hospitales móviles. 


El 2 de julio, la casa de Bográn fue allanada en búsqueda de pruebas para las investigaciones que le realizaba el Ministerio Público (MP). A los días, Bográn llegó junto a su hermana a declarar en Fiscalía Especial para la Transparencia y Combate de la Corrupción (FETCCO) declarándose inocente de las investigaciones.


Fue hasta el 30 de septiembre que Bográn dio su segunda declaración en la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic). Sin embargo, el escenario era distinto: esta vez lo recibían con gritos y pancartas preguntando “¿dónde está el dinero?”. Tras salir de declarar, todavía persistían personas manifestándose, esta vez lo hicieron estrellándole huevos en su cabeza. 


Más de un “huevazo” recibió Bográn al salir de las instalaciones. Su característico estilo de pelo hacia atrás lleno de gelatina quedó empapado de huevo y de las cáscaras de este. Su hermana, que lo volvió a acompañar para que diera la declaración, caminó abrazada junto a él hacia el estacionamiento para retirarse de ese lugar en el que dos huevos participaron en la justicia que tanto aclamaban los hondureños.

Tomado de: cholutsarsur.com

Pero no quedaba ahí para Marco Bográn, el 5 de octubre fue capturado por agentes de la Atic por orden de captura del Ministerio Público hacia él y Alex Moraes por malversación de caudales públicos. 


Mientras Bográn la pasaba mal por las investigaciones en su contra, los hospitales móviles brillaban por su ausencia. Hasta el 16 de octubre que fueron trasladados los primeros veinte pacientes de Covid-19 al hospital móvil de San Pedro Sula, siendo el primero en funcionar.


Tres días después del primer hospital funcionando, fue la audiencia inicial de Bográn a la cual faltó, pero se dio a conocer que se iba a defender en libertad de las acusaciones por las cuales estaba siendo investigado. 
Pasaba el tiempo y más irregularidades encontraban en los hospitales móviles y, también más pruebas colocaban a Moraes y a Bográn como culpables de lo que se les acusaba. 


En el 8 de abril del 2021, mientras Bográn de y Moraes brindaban declaraciones en las oficinas de la Atic por una citación del MP, fueron detenidos por una nueva línea de investigación en su contra. 


Después de la detención judicial, ambos pasaron la noche en una celda del Primer Batallón de Infantería y, al día siguiente, se sometieron a la audiencia inicial ante el Juzgado del Circuito Anticorrupción, donde se les dictó prisión preventiva.


En espera de que se haga justicia, los hondureños todavía siguen sufriendo las consecuencias de todas esas acciones que se han venido dando por años por la ambición que tienen los que están en el poder. No solamente se vive una crisis sanitar, sino una crisis política que es la que genera los mayores problemas en un país.


Actualmente, Honduras sigue sin los equipos, recursos y hospitales para poder afrontar la crisis sanitaria. Con cada vez más casos de Covid-19 pero menos médicos, con mandatarios y servidores públicos desinteresados en ayudar, pero interesados en beneficiarse a sí mismo, y con una incertidumbre de lo que pasará con la sociedad debido a esta situación sanitaria que refleja la corrupción y el nepotismo que impera en nuestro país, así es como nuestra nación vive esta pandemia mundial.

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